El páncreas tiene dos funciones, la exocrina (relacionada con procesos de digestión) y la endocrina (relacionada con procesos metabólicos). El páncreas endocrino, que se sitúa en los islotes de Langerhans, supone solamente entre el 1 y el 2% del volumen del órgano. Está formado por distintos tipos de células, siendo las más importantes:
– Las células alfa, que son las encargadas de la producción de glucagón. Suponen el 20% de los islotes, situándose en su periferia. – Las células beta, que son las encargadas de la secreción de la insulina. Se sitúan en el centro de los islotes y suponen el 70% de sus células. – Las células delta, que producen la somatostatina, con múltiples funciones como son la disminución de la tasa de digestión y absorción de nutrientes para su uso posterior, inhibir la insulina y al glucagón. También producen inhibición de la motilidad gástrica, duodenal y de la vesícula biliar, reduce la secreción del jugo gástrico, de la pepsina y de la gastrina y producen inhibición de la absorción de glucosa en el intestino.
Los insulinomas, son tumores de las células beta que tienen la característica principal de ser funcionales, es decir, producen un exceso de insulina, lo que se traduce en sintomatología de hipoglucemia.
En los perros, hay mayor incidencia en las razas grandes como son el Labrador retriever, Golden retriever, Bóxer, Pastor alemán, Setter irlandés caniche y razas mestizas, y la edad media de presentación es en torno a los 10 años.
La sintomatología está relacionada con la hipoglucemia. En un estudio retrospectivo publicado por Goutal y col. en el año 2012, sobre 204 perros con insulinoma, se comprobó que prácticamente 2 tercios de los pacientes padecían convulsiones. Con menos frecuencia se encontraron otros síntomas como debilidad, colapso, claudicación del tercio posterior, ataxia, fasciculaciones musculares, letargia, alteraciones del comportamiento, polifagia, polidipsia-poliuria y ganancia de peso. Es habitual que los síntomas neurológicos se incrementen tras el ejercicio y que mejoren, e incluso desaparezcan, tras la ingesta de comida.
Ricardo Ruano Barneda