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Atresia Coli en terneros

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Atresia Coli en terneros

Las obstrucciones gastrointestinales en el ternero recién nacido se pueden deber a vólvulos, invaginaciones, impactación por meconio, úlcera de abomaso o atresia coli. Aunque la prevalencia real de estas patologías no ha sido descrita, la atresia de colon parece ser la malformación más frecuente.
La atresia consiste en una malformación congénita que se caracteriza por la ausencia de luz intestinal, pudiendo limitarse a segmentos de intestino delgado, ciego o grueso, o bien ser de presentación múltiple. Pueden distinguirse diferentes formas como cierre de la mucosa, extremos cerrados unidos por un cordón fibroso, extremos intestinales atrésicos separados por una solución de continuidad del mesenterio en forma de V, extremos ciegos y enrollados o malformaciones múltiples.
Esta malformación se ha observado en terneros de todas las razas y ambos sexos, afectando en la mayoría de los casos al colon, denominándose por tanto de atresia coli, que puede acompañarse de otras malformaciones a nivel de genitourinario o anal.
Como breve recuerdo anatómico, el colon ascendente de los rumiantes está modificado, ya que se enrolla sobre sí mismo dando lugar a un asa espiral, que en el caso del bovino está formada por dos giros. Los giros centrípetos se aproximan al centro, mientras que los centrífugos que se alejan, ambos giros se encuentran unidos por la flexura central. Embriológicamente el intestino grueso se forma a partir de la rama caudal del asa intestinal primitiva entre los días 42-122 de gestación.
La etiología de la atresia coli incluye diversas causas. Por un lado se le atribuye un carácter congénito debido a alteraciones durante el desarrollo embrionario. Como se ha descrito anteriormente, el desarrollo del colon en terneros tiene lugar entre los días 42-122 de gestación, coincidiendo especialmente en vacuno lechero con el periodo durante el cual tiene lugar el diagnóstico gestacional de la vesícula amniótica. Algunos estudios relacionan las palpaciones rectales llevadas a cabo en esta etapa con daños vasculares durante la embriogénesis que provocan la ligadura de los vasos mesentéricos, dando lugar a una isquemia y posterior atresia. También se ha observado una predisposición hereditaria. Esta teoría se apoya en los resultados obtenidos en un estudio en el cual se aparearon posibles portadores genéticos, y tanto éstos como las vacas control fueron palpados antes o después del día 42 postinseminación. De los resultados se dedujo una heredabilidad autosómica recesiva. Por último, se debe considerar la predisposición genética de la raza HolsteinFrisón.

Isabel Ayala Serrano, Fernando Criado García, María Ángeles Sánchez Pérez, Gabriel Manso-Díaz

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