La infestación con ácaros de la piel o acariosis es común en todas las especies de roedores de laboratorio y aquellos mantenidos como mascotas. Los ácaros se transmiten por contacto directo con un animal infestado o a través del entorno de ese animal (ropa de cama, jaula que no se ha limpiado completamente), viven y se reproducen en el pelaje, pero descienden a la piel para ingerir plasma o alimentarse de las células epidérmicas desprendidas por el hospedador. Estos invertebrados se encuentran comúnmente ocupando el dorso de los animales afectados, específicamente entre las escápulas, cabeza, cuello, lateral del cuerpo y grupa. Los animales con infestaciones por ácaros de la piel presentan diferentes signos clínicos que van desde animales asintomáticos hasta alopecia leve, prurito severo y dermatitis ulcerosa. Chirodiscoides caviae es un ácaro de piel de los cobayos que se alimenta de desechos superficiales y secreciones cutáneas de animales infestados. Los ácaros se pueden encontrar en cualquier parte del cuerpo, pero se encuentran comúnmente en las profundidades del pelaje en los flancos y el dorso. Si bien las infestaciones son generalmente asintomáticas, el prurito, la alopecia, la descamación y la dermatitis ulcerosa auto inducida leve, pueden ocurrir con infestaciones intensas. Los ácaros adultos miden aproximadamente 350-500 µm por 160 µm, y los huevos largos y estrechos están cementados a pelos individuales. Se observa microscópicamente una mínima inflamación en los animales infestados.
El presente artículo informa sobre el hallazgo de Chirodiscoides caviae en dos ejemplares hembras de cobayos (Cavia porcellus) mantenidos como mascotas hogareñas, constituyendo el primer reporte de este parásito para la provincia de Misiones y probablemente para Argentina. Se describe además el tratamiento en base a doramectina.

Techeira, L.I.; Troiano, J.C.