La base de trabajo para cualquier nutricionista porcino se basa en conocer el consumo de alimento diario en sus diferentes fases de producción. Con ello podremos ajustar los niveles de nutrientes de nuestras dietas porcinas en base al potencial genético de producción como su capacidad de consumo real de pienso, tanto en los parciales como en toda y cada una de las fases de producción. Sabemos que la ganancia media diaria está correlacionada con el consumo medio diario en base al peso y volumen del estómago.
Por ello, en el diseño de las dietas de forma cuantitativa y en la definición del programa de modelización de nuestros cerdos debemos tomar como base de partida la capacidad de consumo voluntario de pienso de los mismos, que es lo mismo que decir la cantidad de cada uno de los nutrientes que ingiere/precisa para mostrar su óptimo potencial. Además, hay momentos críticos donde tenemos balances negativos de ingesta de nutrientes, como son la fase de lactación en las cerdas blancas y los días posteriores al destete, lo Consumo medio diario de alimentos en porcino Tomado de “Cría y Salud en Bovino y Porcino en Medicina Veterinaria” Axon comunicacion que está muy correlacionado con el mayor riesgo de problemas digestivos, el mayor consumo de antimicrobianos y el bienestar animal. El mayor consumo de pienso de lactantes también dará un mayor peso de lechones al destete y, por lo tanto, podemos asociar este mayor consumo medio diario de pienso en cerdas lactantes y lechones como uno de los pilares para el menor uso de antibióticos en piensos con menor dosis diaria de antibiótico/cerdo y reducción de las resistencias antimicrobianas. Importante alternativa alimentaria al uso de antibióticos.
En estas últimas tres décadas, y de una forma muy significativa, la mejora genética de nuestros cerdos ha llevado a una mayor eficiencia cárnica, lo que conlleva que por unidad de kilo repuesto necesitamos menos kilos de pienso. Se estima que el consumo voluntario de pienso se ha reducido en unos 30 gramos al día y por año desde los años 80.
Una gran parte del mercado, productores y consumidores han ido demandando un cerdo más magro y menos graso. Según algunas estimaciones esta reducción de la grasa dorsal ha sido de 0,5 mm por año en el mismo periodo mencionado (MAFF). De una forma paralela, aunque no lineal ha ido descendiendo el consumo voluntario de pienso en estas líneas genéticas.
Prof. Dr. Antonio Palomo