Las novillas lecheras representan un gran gasto de recursos, incluyendo el alimento, las instalaciones, y la mano de obra; sin embargo no generan ingresos para la explotación lechera hasta que paren. Por lo tanto nuestro objetivo general debe ser minimizar los costes y maximizar la rentabilidad de los gastos incurridos.
Nuestra gestión global de estas terneras debe ser manejada de una manera que produzca la ternera de mejor calidad, con el mayor potencial para ser productiva, rentable, con un coste mínimo para la granja y el medio ambiente.
Alimentar a las terneras lecheras y a las novillas puede ser difícil, ya que queremos alimentar a las novillas tanto como sea posible para obtener un crecimiento rápido para que puedan comenzar a lactar a una edad temprana, con un gran tamaño corporal al momento del parto, en relación a su peso en la madurez. Sin embargo, hay cuestiones relacionadas con el rápido crecimiento y un alto nivel de consumo de alimento que pueden ir en contra de los beneficios y la economía de esas prácticas.
Al considerar el crecimiento de reemplazo lechero, sabemos que las vaquillas lecheras crecen a un ritmo mayor en términos de peso corporal y crecimiento esquelético, desde el nacimiento hasta la pubertad Brody (1945). En la actualidad en muchas de las novillas Holstein, esto significa desde los 8-10 meses de edad. En la pubertad, las tasas de crecimiento tienden a disminuir en base a un porcentaje, y el crecimiento va desde a los tejidos musculares y óseas predominantemente a acumular algo más de grasa (Brody, 1945).
La glándula mamaria también se desarrolla a un ritmo rápido durante la pubertad y pueden verse afectada por tasas de crecimiento animal durante este periodo de tiempo (Tucker, 1987). El crecimiento en este período de destete a la pubertad ha sido ampliamente estudiado y un meta-análisis ha demostrado que el ADG óptimo para el desarrollo de una novilla pre-púberal es de unos 1,75 kg/d (800 g/d; (Zanton and Heinrichs, 2005). Es evidente que hay una gama de ADG casi óptima para una vaquilla de esta edad y permite que un productor lechero criar las novillas de 1,7 a 1,9 kg/d sin pérdidas apreciables en la producción potencial.
J. Heinrichs y S. L. Gelsinger t