Tratar de recordar largos nombres en latín es, en el mejor de los casos, difícil, y aburrido, en el peor. Además, la terminología anatómica puede ser confusa. No obstante, el conocimiento de la anatomía es esencial si se quieren entender algunos de los complejos problemas que se presentan en las claudicaciones. Algunas veces, varios tér¬mi¬nos se re-fie¬ren a la mis¬ma estructura. En este capítulo, la terminología se basará en los nombres descriptivos más simples y más utili¬za¬dos hoy en día.
La epidermis
La tercera falange (falange distal o hue¬so pe¬dal) y las es¬truc¬tu¬ras relacionadas están completamente cu¬bier¬tas por piel mo¬di¬fi¬ca¬da. Esta última, al igual que la piel de otras partes del cuerpo, consiste en tres estratos: subcutis, dermis y epi¬der¬mis su¬per¬fi¬cial. La cáp¬sula epidérmica está compuesta por células vivas internas y un grueso es¬tra¬to de cé¬lu-las cor¬ni¬fi¬ca¬das y muertas, la cápsula de la pezuña. Esta última es una estructura con forma de zapatilla. Por conve¬nien¬cia, los ana¬to¬mis¬tas han separado la cápsula y la dermis y el subcutis subyacentes en cinco segmentos. Éstos son la banda coronaria (segmento perióplico), la pared o muralla (el segmento coronario), las láminas epidérmicas (segmento de la pared), el segmento solear, solar o suela, y el segmento bulbar, bulbo o talones. Por favor, obsérvese que en la oración precedente se colocó entre paréntesis el término anatómico correcto seguido por el término usado corrientemente. La microestructura de cada segmento tiene características únicas. Sin embargo, todos tienen una “epidermis viva” separada de la dermis por la membrana basal. Es en este nivel donde se inician mu¬chos pro¬ce¬sos pa¬to¬ló¬gi¬cos.
Por debajo de la dermis está el subcutis, en algunos segmentos mo¬di¬fi¬ca¬do co¬mo al¬mo-ha¬di¬llas.

Paul R. Greenough